EL INICIO DEL MUNDO COMO LO CONOCEMOS. OTOMÍ - 68 Voces
Los Otomíes son considerados uno de los grupo indígenas mexicanos más numerosos en la actualidad, antiguamente su territorio correspondía a las tierras altas del centro de México. Los hallazgos arqueológicos indican que se asentaron cerca del año 8.000 a.C. En la actualidad debido a las constantes migraciones, su territorio se ha extendido del Estado de México y Querétaro hacia los estados de Hidalgo, Guanajuato, Michoacán, Puebla y Veracruz.
La historia nos dice que pueden ser uno de los pueblos más antiguos del Valle de México, existiendo la teoría de que los habitantes de Copilco y Cuicuilco eran otomíes y al hacer erupción el volcán Xitle, abandonando el lugar y extendiendo su presencia, después de recorrer varios lugares decidieron asentarse en Jilotepec hacia la zona del Valle del Mezquital.
La lengua nativa de los otomíes es el idioma otomí, la cual forma parte de la familia lingüística otomangueana que agrupa un complejo de lenguas. Es una de las más antiguas y diversas que en la actualidad sigue vigente. Su lengua, al igual que su cultura y sus tradiciones lucha por la supervivencia de su identidad y de su cosmovisión.
La visión del mundo otomí se basa en la palabra, ésta es el eje rector de su vida porque transmite ideas y símbolos, representa mitos y creencias que dan cuenta de la realidad del mundo.
Para los otomíes el universo se representa a través de tres partes. En orden de importancia, primero es el cosmos, luego la Tierra y, por último, el humano. En el cosmos se aborda la visión del universo que refieren a las ideas del dios, el fuego, la vitalidad y la reciprocidad; la segunda visión abarca todo lo relacionado con la tierra y, por ende, con las palabras piel, tierra, montaña, maíz y nacer, entre otras; en la tercera y última se desarrolla un entramado con los conceptos de la vida, el pensar, el cuerpo humano, la vitalidad y la fuerza. Entre todos ellos existe una fuerte vinculación de ideas y conceptos.
Después del universo, para el otomí casi todo parte de la Tierra. La Tierra es el espacio del existir y el habitar, la casa, el hogar; es en cierta medida el nivel más importante de su cosmovisión, de la vida misma. Sus historias y sus mitos giran en torno a la presencia de montañas especiales y uno o varios árboles sagrados que se encuentran en el centro.
El humano a diferencia de como hoy lo concebimos ocupa una posición menos importante ante el universo y la Tierra. El sentido de la vida es experimentar la existencia, no pensarla. Es por ello, que el humano desde una visión otomí se identifica con la tierra, su animal compañero o el maíz y la montaña, sintiéndose integrado con estos elementos. Esta es la causa de por qué el otomí pregona la sanación como uno de los deberes del humano ante el universo, la tierra, la comunidad, la familia extensa, y el individuo; para dar oportunidad al otomí de aprender a cada paso de la existencia y se puede decir, que este es el principal sentido de existir para el otomí.
Celebramos la diversidad cultural de México, con las magníficas animaciones del proyecto 68 Voces de quienes tomamos y agradecemos la siguiente historia...
Referencias:
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Barrientos López Guadalupe. Otomíes del Estado de México. 1° ed. México, 2004. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
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Lastra, Yolanda. Estudios antiguos y modernos sobre el otomí. México. El Colegio de México.
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Pérez Lugo, Luis. Tridimensión cósmica otomí. Aportes al conocimiento de su cultura. 1° ed. México, 2007. Universidad Autónoma de Chapingo.
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Por: @Brenda_Martz
Por: @Brenda_Martz